#AprendemosDeTi | Campaña en el Día de la Infancia
18/11/2020No basta saber las cosas, es necesario practicarlas.
25/11/2020Las demoras para conseguir cita en la Oficina de Extranjería están siendo nuestra realidad en los Pisos de Emancipación. Algo tan sencillo como renovar un documento de identidad o iniciarse en el mundo laboral, puede resultar un largo camino para nuestros chicos, siempre pendientes del último decreto o la nueva normativa que hace que su situación administrativa se vea afectada y cambie por momentos.
Y es que, el plazo desde que se inicia el trámite del permiso de residencia hasta que obtiene la tarjeta (en el caso de que se resuelva favorable) es de aproximadamente 5 meses. Pero no solo es cuestión de tiempo y paciencia, sino que hay que lograr 2 citas: una para la solicitud y otra para la toma de huellas. Parece un proceso sencillo, pero conseguir estas citas está resultando casi imposible.
El proceso para la obtención de cita se realiza por internet, a través de las páginas oficiales. La escasez de ellas hace que no podamos conseguirlas apurando así la temporalidad de sus permisos y alargando, más si cabe, su exclusión laboral. Ya que, sin este documento, no es posible la inscripción en portales de empleo, autoescuelas o formaciones regladas, lo que impide su inclusión.
El retraso en los trámites para la obtención, o renovación, del permiso de residencia si ya venía siendo algo habitual, desde que irrumpió el Covid -19 en nuestra sociedad se ha incrementado (al menos en los casos de nuestro hogar de emancipación). La situación se agravó aún más durante el estado de alarma, ya que, aunque se prorrogaron todos los trámites de extranjería durante el confinamiento, las citas que nos había costado tiempo conseguir quedaron anuladas por el cierre presencial de las oficinas. Y los logros que habíamos conseguido mediante ofertas laborales, con los requisitos que se les exige, se han visto atrasados quedando aún a la espera de resolverse para poder comenzar en el mundo laboral.
Por lo que la nueva normalidad, en este caso, es idéntica a la vieja: nuevas esperas interminables, para trámites obligatorios y fundamentales, que dificultan la integración completa de nuestros jóvenes y con ello sus posibilidades de EMANCIPACIÓN.