Trabajo decente: puerta de salida a esta situación de emergencia social
30/04/2020Las respuestas de la FdMA Sant Vicenç frente a la emergencia social
07/05/2020La vida a veces nos reta y nos invita a vivir situaciones inesperadas para ver cómo reaccionamos, nos interpela a readaptarnos constantemente, nos obliga a modificar nuestro comportamiento, nuestra forma de pensar y de sentir con el objetivo de que evolucionemos. ¿Estaremos viviendo una situación así?
En estos días estamos inmersos en un vaivén continuo que nos lleva a experienciar nuestras emociones de manera desajustada, con frecuentes cambios de humor que nos hacen sentir mal e inseguros. El miedo, la soledad, la ansiedad, la tristeza se han convertido en incómodos compañeros de cama.
En este breve artículo os vamos a invitar a pensar diferente y os vamos a provocar emocionalmente con la intención de que salgáis con algo de luz de esta situación. No sólo tenemos que sobrevivir, es el momento de salir reforzados emocionalmente y para ello debemos cambiar el enfoque de la situación de amenaza a oportunidad.
Lo primero es entender que todos tenemos los recursos como para lograrlo. No sabemos lo fuertes que somos hasta que no vivimos algo así, saldremos diferentes como sociedad pero, ¿te atreves a crecer también como persona a nivel relacional y emocional?
No hay huida ni actitud pasiva que nos ayude, la inestabilidad nos acompañará durante un tiempo, pero eso forma parte del proceso. Aceptar que esta situación es así es fundamental y no debemos pensar ni en el pasado ni en cómo será futuro. Esta situación requiere de presente, de acción y de emoción, y sobre todo de valorar esos avances personales y disfrutar de esas pequeñas cosas como nunca lo has hecho.
¿Acepto lo que siento, no lucho contra ello, saboreo el vaivén? Hoy lloro, mañana me como el mundo, ¿me emociono como un niño al ver las noticias? ¿Qué problema hay en eso? Es lo que vives, reconócelo, conócete y transmítelo a las personas que tienes a tu lado, búscate más allá de tu piel y encontrarás de dónde viene todo esto.
Observa cómo piensas e identifica esos pensamientos positivos, huye de la autodestrucción, intenta manejar los pensamientos, no te dejes llevar por ellos, si fuese así, resetéate y cambia de lugar, personas y tareas, y eso te llevará al cambio en el pensamiento.
Perdónate a ti mismo cada vez que lo necesites por hacer o deshacer, entiende tus reacciones, sé preventivo/a contigo y con los tuyos, y observa siempre la otra parte, mira desde los ojos del otro, sé empático/a con los demás, el otro está en tu mismo equipo, recuerda.
No te quedes en la cueva, mantente activo socialmente, habla con tus familiares y amigos, escúchales atentamente, diles cómo te sientes y qué necesitas, da seguridad o llora con ellos pero sobre todo sé ecológico, no ataques ni sueltes lo primero que se te venga a la cabeza. ¡Chíllalo por la ventana! hoy no puedo hablar, no me encuentro bien, tengo un mal día, y da y entiende las señales que identifican nuestro estado de ánimo, procura que la gente quiera estar contigo.
Podemos llegar a la apatía mental pero hay que activarse. Lee, escribe, dibuja, mándale a tu cerebro el mensaje de la actividad. Cognición y emoción van de la mano y deben retroalimentarse. No te desconectes de la información que te llegue de los medios de comunicación ni de las redes sociales, pero sí elimina la toxicidad de alguna de ellas y selecciona las más fiables, alguien bien informado suele mantener un pensamiento equilibrado.