
Celebrando y compartiendo el valor y la riqueza de la diversidad
Hoy, 20/05/2021, hemos conmemorado unas fechas muy especiales para la comunidad musulmana. Varias personas participantes de alguno de los proyectos de la Fundación María Auxiliadora en Zaragoza, de varias nacionalidades, nos han ayudado a conocer el significado, las costumbres, las vivencias y la gastronomía propia del Ramadán.
Ramadán, noveno mes del calendario islámico, que coincide con el momento en que el Profeta Mahoma recibió su primera revelación del Corán, libro sagrado del Islam. El cumplimiento del Ramadán es uno de los Cinco Pilares del Islam y su duración es de veintinueve a treinta días, a partir de la luna creciente hasta la próxima luna creciente. Después de un largo día de ayuno, las mesas se llenan de comida y bebida para compartir entre todos los/las comensales.
Con gran emoción algunas personas que participan en los proyectos de la Fundación María Auxiliadora de Zaragoza nos han transmitido sus vivencias, sus sentimientos, sus alegrías, sus añoranzas y su pasión:
«El Ramadán no sólo es el ayuno, también hacer el bien a los demás, dar al que no tiene, la oración, pedir perdón y la reflexión. Es una época para aumentar la fortaleza mental», nos ha dicho Abdelilah.
«Para los niños y niñas el final de Ramadán es muy emocionante, se les viste con ropa de novio y de novia y junto con sus padres visitan a sus familiares que les obsequian con regalos, dinero y chucherías», nos cuenta Saliha.
«La sopa ‘Harira’ es un alimento imprescindible durante el Ramadán en las mesas de Argelia, es un plato fuerte. Lleva lentejas, garbanzos, carne y bastantes verduras.» ha expresado Mohamed.
«Un poco de agua y dátiles es, en muchos casos, el primer bocado después del ayuno.» nos comenta Meryem.
«Muy pequeña tuve que salir de mi país a Francia, allí me sentí feliz durante esta época de Ramadán junto a la comunidad musulmana que allí vivía. Personas de nacionalidad turca, marroquí, argelina… hicimos una piña y formamos una gran familia. ¡Gran diversidad de culturas, pero con un mismo corazón!», nos ha contado muy emocionada Mina.
No nos queda más que expresar nuestro agradecimiento por la implicación de las personas que han participado en esta conmemoración, así como a todo el público asistente.
Y ya que debido a la pandemia no hemos podido celebrar este evento también compartiendo la comida y el baile, cada persona ha pintado preciosos dibujos sobre la figura de una mano en papel, evocando la henna, elaborando con todas ellas, un gran mural entre todos y todas.
«Eid Mubarak»