Proyecto «BBPP Interculturalidad»
29/10/2024Encuentro educadores/as de Salesianas Paltaformas Sociales
04/11/2024“Estoy donde tengo que estar, estoy donde quiero estar…” Esta frase la he compartido con familiares, amigas, conocidos y conmigo misma desde hace ya un tiempo.
En agosto de 2021, me uní a la Fundación María Auxiliadora en un momento de grandes retos y cambios personales y laborales. Aquella llamada telefónica en la que me comunicaban que me incorporarían como Integradora Social en el Hogar de Emancipación fue un torbellino de sensaciones y emociones.
Desde el primer día, la cálida acogida de mis compañeras de equipo, su acompañamiento en los primeros días en el hogar y luego, en la celebración de inicio de curso a la que asisten todos los miembros de los distintos proyectos de Valencia, me hicieron sentir parte de una nueva familia llena de empatía y objetivos y valores compartidos.
Al integrarme de lleno en mi labor, descubrí en cada chico una historia de vida marcada por la valentía, el riesgo y la superación. Cada joven que llega a nosotros tiene una historia única, aunque muchas veces enfrentan retos y dificultades comunes: separarse de sus familias, vivir situaciones de desamparo, y embarcarse en un viaje lleno de peligros y dificultades. Algunas de estas experiencias los han dejado marcados desde edades tempranas, y no todos tomaron siempre el mejor camino. Algunos jóvenes vienen con disposición para avanzar, mientras otros muestran algo de reticencia, desconfianza o incertidumbre sobre cómo reemprender su recorrido en esta nueva etapa de sus vidas. Es aquí donde siento que nuestro trabajo cobra sentido, brindándoles herramientas para que puedan desarrollarse como personas auténticas y autónomas, capacitadas tanto en conocimientos (formativos, burocráticos, etc.) como en valores, para integrarse en una sociedad que a veces sienten tan lejana y complicada.
Ser Integradora Social en el hogar de emancipación ha sido una experiencia transformadora en lo profesional y personal. Cada día he ido aprendiendo estrategias y conocimientos de mis compañeras de equipo que enriquecen mi trabajo. Es un compartir entre todas y reforzarnos con nuestros conocimientos, herramientas y habilidades que cada una tiene por lo que me considero afortunada, de la misma manera estoy profundamente agradecida por la formación continua que se nos ofrece en la Fundación. Cada curso de capacitación nos hacer crecer, permitiendo fortalecer nuestras herramientas de apoyo e intervención a los jóvenes dotándonos de una base más sólida con la que aportar a su desarrollo.
He de decir también que me he reencontrado con mi fe, nunca perdida, sin embargo, dejada un poco de lado. Desde pequeña crecí en el camino de la fe, con espíritu Mariano y como creo que existen las “causalidades” no es casualidad que hoy esté aquí.
Por último, destaco que valoro enormemente los momentos cotidianos en el hogar: desde cocinar una receta nueva, hacer limpieza a fondo (que, ¡ay!, como cuesta a veces), las conversaciones, hasta los debates que surgen de manera espontánea y las celebraciones de cursos aprobados, papeles legalizados, despedidas, etc. más todos los momentos de ocio en excursiones, paseos, barbacoas, fútbol… Cada interacción es una oportunidad para conectar y aprender mutuamente. Me siento afortunada de ser parte de esta labor tan hermosa y vocacional y de poder contribuir a la construcción de un futuro mejor para estos jóvenes. Este trabajo no solo me llena de satisfacción, sino que también reafirma mi compromiso con la Fundación María Auxiliadora, con los Hogares y con la integración social y el apoyo a quienes más lo necesitan.
Al mirar hacia el futuro sigo comprometida con esta labor con la esperanza de que cada uno de estos jóvenes encuentre en su camino la fuerza y las oportunidades que necesita para realizar sus objetivos y construir una vida plena. El trabajo en lo social es un desafío constante, pero también un recordatorio de la capacidad humana para cambiar y crecer. Estoy aquí para acompañarlos en este camino y, desde el presente, contribuir a un futuro más inclusivo y esperanzador, “Estoy donde tengo que estar, estoy donde quiero estar…”
Paula Castro
Integradora Social