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16/11/2024La reciente DANA en Valencia ha dejado a muchas familias en situaciones difíciles, afectando especialmente a los niños, personas mayores y quienes tienen más problemas de salud. Frente a esta emergencia, la Fundación María Auxiliadora se ha convertido en un faro de esperanza, movilizando a jóvenes, educadores y voluntarios en una respuesta inmediata y llena de cariño. Inspirados por los valores de Don Bosco y Madre Mazzarello, cada persona ha puesto su corazón para ayudar a los más afectados, impulsada por el amor y servicio que caracterizan a esta familia salesiana.
Los educadores de la Fundación han sido pilares fundamentales en esta crisis. Con un compromiso que va mucho más allá de la enseñanza, han transmitido valores de solidaridad, sensibilidad y cuidado hacia los demás. Su presencia ha brindado apoyo no solo práctico, sino también emocional. El carisma salesiano ha servido como un modelo inspirador para los jóvenes en esta difícil situación.
Los jóvenes de la Fundación también han demostrado un compromiso conmovedor. No solo han distribuido alimentos y materiales esenciales, sino que han ofrecido su compañía, escuchando y acompañando a quienes lo necesitan. Su entrega es un recordatorio de cómo cada pequeño acto de bondad puede hacer la adversidad más llevadera.
Jóvenes y educadores, con sus manos y corazones abiertos, han promovido una cultura de ayuda y colaboración que surge del amor al prójimo. Este compañerismo y la unión de toda la comunidad bajo el lema #elpoblesalvaalpoble refuerzan el sentido de pertenencia y construyen un entorno donde todos se sienten acompañados y valorados.
Desde los diferentes proyectos de la Fundación, todos los y las participantes han aportado su granito de arena. Tanto niños, niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres han colaborado en esta situación, aportando su tiempo y cariño a través de ayuda humanitaria, cartas de apoyo o incluso presencia.
En cada gesto, la Fundación María Auxiliadora nos muestra el poder de la solidaridad para transformar la realidad y llevar esperanza a quienes más lo necesitan.
Andrea Pérez
Educadora del GUA