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13/06/2024Escribir sobre la trayectoria de uno mismo es relativamente fácil. Basta recordar. Lo bonito y más elaborado de este “recordar” consiste en ser capaz de sintetizar y encontrar la esencia. Para ayudar a situarme he hecho un sencillo ejercicio previo. Acudo a Google y pongo en el buscador “Definición de trayectoria”. Me encuentro la siguiente definición: “trayectoria es el lugar geométrico de las posiciones sucesivas por las que pasa un cuerpo en su movimiento. La trayectoria depende del sistema de referencia en el que se describe el movimiento; es decir el punto de vista del observador.”
En esta ocasión, el ejercicio de observación lo hago yo, y lo plasmo en este artículo, pero soy consciente de que no soy el único testigo de esta trayectoria, y de que, yo mismo en otro momento u otros testigos quizá destacarían otros aspectos, también reales, de esta trayectoria.
He tenido que hacer un ejercicio de memoria y de búsqueda en el el archivo histórico del centro (bendito Sharepoint) para recordar mis funciones a lo largo de este tiempo. Os dejo un resumen de lo que ha sido mi dedicación concreta en los diferentes proyectos de la entidad:
Tras esta síntesis, os comparto algunas ideas, como si pensara en voz alta.
Me siento afortunado porque desde el principio he tenido una visión bastante amplia del centro y de los proyectos que se llevaban a cabo. Esto creo que me ha ayudado bastante a situarme en la entidad, entender y observar su crecimiento de forma privilegiada. También es justo que diga que por mi trayectoria personal anterior, cuento con un bagaje importante de lo que supone el estilo educativo salesiano. Esto es determinante para comprender determinadas opciones que marcan la misión de la Fundación María Auxiliadora, antes asociación Laura Vicuña.
Otro aspecto que pienso que me ha favorecido es que he estado tiempo suficiente en cada proyecto como para aprender, crecer y afianzarme personal y profesionalmente. Me han dado estabilidad y yo la he podido ofrecer también a la entidad en cuanto a mi dedicación.
También valoro mi trayectoria positivamente en cuanto a que mi situación profesional de cada momento no ha sido obstáculo para mi vida personal, he estado muy cómodo en todas las etapas y no ha supuesto un obstáculo para desarrollar mis proyectos personales.
Por último, en cuanto a este primer vistazo a mi trayectoria, es evidente el crecimiento en confianza depositada y responsabilidad que he experimentado. Creo que es un objetivo de cualquier persona, también mío, que se ha podido concretar en ejercer una serie de cargos en la entidad, gestionar equipos y proyectos, etc.
Pero más allá de la enumeración que he hecho anteriormente de mis años de trayectoria, hay muchos más aspectos que le dan valor, y que creo que vale la pena comentar, por lo que aportan a nivel cualitativo a esta etapa de mi vida personal y profesional.
· Los múltiples talleres y actividades que he desarrollado:
Clases de matemáticas, lengua, ciencias, sociales, clases con adultos, FOL, Prevención de riesgos laborales, actividad de multideporte, fútbol, baloncesto, taller de guitarra, taller de teatro, iniciación musical, pastoral, taller de percusión corporal, manualidades, apoyo escolar, informática, habilidades sociales, tutorías, optativa de ecología, senderismo, natación…
Seguro que me dejo en el tintero alguna actividad o taller… Cada una de ellas ha supuesto un ejercicio de humildad, de aprendizaje, de iniciativa… una invitación permanente a dinamizar algo motivante y significativo para el colectivo al que fueran destinadas. He aprendido que se consigue más teniendo inquietud, iniciativa y propósito educativo, que sólo teniendo conocimientos. Ambos aspectos son importantes, pero, sin lo primero, en nuestra entidad los conocimientos sirven para poco, y sin embargo, con esas actitudes, el poseer los conocimientos potencia el efecto educativo en los/as destinatarios.
· Hitos, algunos de ellos personales, puntos de inflexión… que considero que han dado valor a la trayectoria:
– Cuando se incorporó el momento de merienda en las tardes, y cómo fue el proceso.
– Cuando el centro pasó, de cerrar a las 20:30, a cerrar a las 20:00 horas.
– El primer verano que hicimos el Camino de Santiago, en 2013.
– El primer verano que fuimos a Pirineos a hacer el campamento.
– El edificio nuevo de la calle Tirant lo Blanc.
– Mi incorporación voluntaria al proyecto URBAN-Xenillet.
– Cuando se incorporó la especialidad de Peluquería a la oferta formativa.
– La vuelta a las actividades de playa, en verano.
– Incorporar la especialidad de Catering en la oferta formativa.
Todas ellas son ejemplos de cómo el centro ha ido cambiando a partir de escuchar opiniones y detectar necesidades. A veces no siempre lo rápido que uno quisiera, pero ha ido dando respuesta en función de la misión para lo que se inició, de la mejor manera posible. En ese sentido, también quiero dejar claro que me he sentido escuchado por las diferentes direcciones y responsables que me han tenido a su cargo, y ahora por las personas que conforman el equipo que lleva adelante el proyecto que dirijo.
· Las experiencias educativas que he vivido:
– El primer NNA de cuyo proceso he sido testigo desde que pasó por delante de la puerta del centro hasta que se ha independizado con su pareja.
– Una madre se te echa a llorar de impotencia en una tutoría.
– Un adolescente agrede delante de mí a un profesor del instituto, que se echa a llorar.
– Visitar una casa de un chico o una chica en condiciones lamentables.
– Tener que pedirle disculpas a un usuario o un familiar.
– La policía viene a detener a un joven al centro.
– Acompañar a una joven a visitar a su padre a la cárcel.
– Visitar en la cárcel a un antiguo usuario.
– Escuchar el relato de un abuso.
– Un chico ve la nieve por primera vez.
– Un joven se baña en el mar por primera vez.
– Entrevistarse con un padre o una madre que huele mucho a alcohol.
– Compartir horas de charla con un joven mientras caminas.
– Una joven duerme fuera de su casa por primera vez en su vida.
– Acompañar en el hospital a un joven.
De todas estas experiencias he aprendido, me han servido para acompañar de forma diferente, situarme de otra manera ante cada joven, familiar, adolescente, incluso a nivel profesional, a situarme diferente en una reunión, en una charla profesional, a la hora de aconsejar u orientar, o simplemente opinar.
Una trayectoria completa, positiva, progresiva, dinámica, en la que me veo reconocido, en la que me he sentido acompañado y valorado siempre, a la que le veo retos de futuro y, por encima de todo, una trayectoria que me invita a recordarla desde la gratitud a las personas que la iniciaron, la potenciaron, la acompañan y la siguen acompañando potenciando y presenciando con más o menos vínculo personal. Todos y todas han contribuido a que, en mi caso, se cumpla aquello de que el trabajo dignifica la persona.
Cuando empecé, no recuerdo haberme hecho la pregunta de: ¿cuál crees que será tu trayectoria? O… ¿Cómo quieres que sea? Quizá tú, que lees esto, sí te lo preguntaste, o no, pero te lo preguntas ahora…
Creo que en una entidad como esta, más allá de lo larga que pretenda uno que sea, de lo ascendente, de lo rica en experiencias… creo que me ha ido bien estar disponible, sentirme valorado, dejarme acompañar y sentir que voy creciendo en cada una de las diferentes etapas, observar, escuchar y sentirme escuchado y sobre todo no tener pretensiones o, al menos, no anteponerlas a la misión y las necesidades del proyecto.
La trayectoria es sólo una parte de la vida profesional de una persona que se va construyendo con el tiempo, pero detrás de una trayectoria hay que encontrar una persona y una serie de actitudes y valores. Eso es lo que debemos cuidar.