Crecemos y aprendemos

Crecemos y aprendemos gracias al Centro de Formación Laura Vicuña

En el artículo de hoy, alumnos y alumnas del Centro de Formación nos cuentan cómo descubrieron el centro, su experiencia y cómo se sienten al pertenecer al estilo salesiano. Además, reflexionan sobre qué han aprendido a nivel personal y profesional.

ALFABETIZACIÓN VALENCIANO

Mi nombre es Milton Fabian Lasprillo Otero de Palmira Valle (Colombia). Vivo muy cerca del centro, pregunté y me esperé a que hubiera abiertas las inscripciones. Gracias a Dios puede empezar el curso de valenciano.

Los educadores son muy buenos. Te sientes como en familia, lo que hace agradable venir a las clases. Nos sirve para despejarnos de tanto estrés. Me encanta la oportunidad que tenemos de conocer otras culturas.

Hay muchas palabras que ya entiendo y que antes desconocía. La verdad es que estoy muy contento a nivel personal.

CORTE Y CONFECCIÓN

Soy Mª Carmen Ricard y tengo 67 años. Siempre he trabajado hasta los 58 años. Un día, mi hija mayor me propuso ir a un centro donde iban mujeres a coser llamado Laura Vicuña. Finalmente ella fue y me apuntó.

Hace ya 4 años. El primer año fui de mañanas. Estuve muy a gusto, me reía mucho y me lo pasaba muy bien. El siguiente año cambié al grupo de tardes. Esta vez, el grupo estaba formado por chicas más jóvenes. Pedí cambiar de grupo y cuando alguien se dio de baja me pudieron cambiar el turno. Encajé a la primera.

Somos 9 mujeres de lo bueno, lo mejor. Son compañeras para reírse y para compartir si a alguna le falta hilo o entretela. Gracias a Dios, nunca he tenido ningún problema y estoy segura que puedo contar con ellas.

La profesora se llama Maru. Es una gran profesional, nunca nos reniega y tiene razones para ello, ya que, a menudo, hablamos y nos despistamos. Es dulce y muy comprensiva.

SERVICIOS AUXILIARES DE ESTÉTICA LABORA

Somos un grupo de mujeres que, a pesar de proceder de distintas culturas y nacionalidades, tenemos un mismo punto en común: nuestras experiencias vitales, que nos han brindado no solo un vitalismo arrollador y un espíritu de superación invaluable sino también la empatía y el apoyo mutuo. Nuestra andadura por el Centro empieza a través de conocidos, instituciones públicas, asociaciones, Cruz Roja… pero lejos de ser tan solo un curso formativo de “Auxiliar de Estética”, ha supuesto el hallazgo de una familia, de un seno donde nos hemos sentido valoradas, escuchadas, motivadas y alentadas a ser más, mucho más. Nuestros profesores representan la calidad y calidez humana en sí mismos, y están dotados de gran carisma y capacidad comunicativa y comprensiva, cualidades que los convierten en formadores destacados, pero también en personas admirables. Ha sido en este entorno donde nos hemos visto fortalecidas y empoderadas para desarrollarnos no solo en el ámbito profesional, sino también en el personal.