
Abre los ojos, ¡ya ha pasado un año haciéndolo posible!
En junio de 2019 arrancó el nuevo proyecto de emancipación Laura Vicuña de Torrent de la Fundación María Auxiliadora, un reto cargado de ilusión que amplía el trabajo de la obra salesiana en las personas que más lo necesitan de la ciudad.
Las educadoras del piso acompañamos a cada uno de estos jóvenes a la emancipación según sus características y situación documental, y todos ellos han evolucionado y aprovechado las oportunidades que desde el recurso se les ha ido ofreciendo.
Ha sido un año difícil para todos, en especial para este colectivo que continúa siendo invisible para gran parte de la sociedad. Durante el confinamiento la situación administrativa de muchos se paralizó por lo que la incertidumbre de su futuro quedaba pendiente de un hilo: las renovaciones, los permisos de residencia, las solicitudes de trabajo y las citas en extranjería se anularon de un día para otro sin saber cuando podrían tener una respuesta. Aún así, la actitud de los chicos durante estos meses tan difíciles ha sido brillante y las mascarillas aún dejaban ver la esperanza y las ganas por seguir construyendo un camino.
No obstante, también hemos tenido buenas noticias en este primer año. Hemos conseguido que tres de los seis jóvenes que vinieron hace un año indocumentados ahora cuenten con permiso de residencia, que uno de ellos haya podido renovar su tarjeta de solicitante de asilo y pueda trabajar, y que otro chico haya conseguido un empleo y por tanto tenga permiso de trabajo.
Un año después, educadores y jóvenes echamos la vista atrás satisfechos del esfuerzo y del avance que entre todos hemos conseguido y celebramos poder seguir sumando años juntos.
Llevo desde el 9 de julio de 2019 en el piso de emancipación Laura Vicuña. Al principio no era fácil porque no tenía nada de papeles: ni pasaporte, ni residencia, SIP caducado, etc. Pero con el tiempo, las educadoras y yo hemos conseguido muchas cosas. Ahora tengo residencia y una posible oferta de trabajo que estoy esperando a que me contraten. Sobre todo, estoy muy feliz aquí por toda la ayuda y por vivir con la familia salesiana. Gracias. A.A.U.